Creo que es imposible empezar
peor que Wanabet en el mercado del juego online. Ya he perdido la
cuenta, y no es una forma de hablar, de las quejas que me han llegado en el
poco tiempo que llevan prestando servicios.
Estaba dudando si escribir
algo sobre esta casita de apuestas, pero tras el bochornoso espectáculo con el
que inauguraban el mes de febrero, creo que ya ha llegado el momento.
Si les queda algo de sensatez, quizás les sirva de toque de atención, y aún estén
a tiempo de rectificar (yo creo que ya es tarde y que no tienen voluntad alguna
de hacerlo, pero no lo descarto completamente).
En caso contrario, al menos
espero que sirva de advertencia para los potenciales clientes.
Para no extenderme demasiado, aunque son muchos, muchísimos, los defectos de
esta casa de apuestas, hoy me gustaría hablar solo de la desafortunada
representación escenificada hace un par de días en Twitter, utilizando su
cuenta corporativa, lo que confiere mayor gravedad al asunto.
A estas alturas, cuando ya han pasado casi 4 años desde la (supuesta)
Regulación del Juego, aún no disponemos de una completa normativa publicitaria
propia del sector. Aún así, no todo vale, y las casas de apuestas deben cumplir
unos requisitos mínimos.
Dado que Wanabet no se ha molestado en leerlos, me he tomado la libertad de
recopilar algunos textos que podrían resultar de su interés.
1) La Ley de Regulación del Juego tiene como principal
finalidad la protección de los participantes y evitar los efectos perniciosos
del juego, como manifiesta reiteradamente en su preámbulo, y concreta en el
artículo 8, sobre la protección de los consumidores y políticas de
juego responsable.