Este
título, de la película dirigida por Enrique Urbizu, bien podría
describir lo que espera a los chicos de Sportium, si la Administración de
Justicia así lo quiere.
Tras comprobar la absoluta inoperancia de la Dirección General de
Ordenación del Juego, ha llegado el momento de comprobar si por vía judicial se
puede acabar con las irregularidades que comenten impunemente, hasta el
momento, la mayoría de las casas de apuestas en nuestro país.
Yo ya he presentado ayer, 9 de junio, mi primera demanda contra Sportium.
Y no será la última que presente, ni el
último operador que tenga que comparecer ante un juez, puesto que quiero MI
dinero, TODO mi dinero, con sus correspondientes intereses legales; no solo por mí, sino también para que las casas de apuestas aprendan que han de respetar la Ley del Juego y todas las demás leyes vigentes en nuestro país, lo que redundará en beneficio de todos los apostantes.