Empezamos
el año con un “2x1”, en el que vamos a hablar de LUCKIA y de la DGOJ. Las
acciones de la primera ponen en evidencia la inutilidad de la segunda, así que
recomiendo leer el artículo completo (aunque sea un poco largo).
Recientemente
LUCKIA ha decidido limitarme (de momento a una cantidad baja, pero no ridícula como otras casas), con lo
que en España solo puedo apostar con cierta libertad (o con un límite
razonable) en una casa, Bet365. En todas las demás me han cerrado la cuenta, no
me han permitido abrirla, me han limitado arbitrariamente a cantidades
ridículas (o incluso a 0 euros).
Esto
no es novedoso, y me consta que agrada sobremanera al Director General de
Ordenación del Juego, pero en Luckia
se manifiesta una especie de “trastorno bipolar” que conduce a situaciones
absurdas, y que (salvo que el ínclito Carlitos diga lo contrario) van totalmente en contra de la Estrategia de Juego Responsable, que tanto pregonan
nuestros insignes gobernantes.
Al
intentar realizar una apuesta, vi que me habían limitado a unos 68 euros, así
que tras unos minutos decidí apostar una cantidad menor, 67,06 euros (como no
recordaba exactamente la cifra, decidí apostar unos céntimos menos para hacer
la apuesta directamente y evitar la vergonzante pantalla de limitación).
Y
este insignificante detalle me ha permitido reparar en una “curiosa” práctica
de LUCKIA, que os paso a relatar,
con pruebas como siempre.
Al
entrar en la web de Luckia, sabéis que en la columna de la derecha aparece
directamente vuestro historial de apuestas pendientes. En este caso me di
cuenta de que junto a mi última apuesta, había
una cruz de color naranja que
destacaba, debido su color y al mayor tamaño que el texto de alrededor.
Al pasar
sobre esta cruz veo que me “invitan”
a apostar más en ese partido, desplegándose una pequeña ventana que donde
se puede leer: “Aumenta tu apuesta
añadiendo una cantidad a tu apuesta actual. Ten en cuenta que las
cuotas podrían haber cambiado”. Al mismo
tiempo en la parte inferior se abre
el cuadro para poder apostar directamente, sin necesidad de ir a la página
donde aparece el partido (quizás para evitar que me lo piense mejor mientras
voy y no apueste, o quizás porque solo piensan en lo mejor para mí).
Al
poner 50 euros en la casilla de la apuesta, veo que me permiten apostar
directamente 0,59 euros (hasta llegar al límite de casi 68 euros que me habían
impuesto arbitrariamente). Si no hubiese tenido ese límite, podría haber
apostado bastante más.
Esta
es la paradoja de LUCKIA: si eres
muy bueno, te limitan para que no puedas ganar mucho dinero, pero al mismo
tiempo, no quieren que apuestes demasiado poco. Quieren que apuesten exactamente
las cantidad que ellos desean, ni más ni menos, dejando la voluntad y el
bienestar del cliente en un segundo plano.
Mi
caso es peculiar, por las públicas discrepancias que mantengo con la mayoría de
las casas de apuestas y con la propia DGOJ, pero la aparición de este signo
“más” es automática, y forma parte de una forma de actuar del operador, que
como veremos es totalmente contraria a la Estrategia de Juego responsable defendida
por nuestra Administración.
Para
que veáis que no es una cuestión de meros céntimos, también he probado con una
apuesta de cuota baja, donde puedo apostar cantidades mayores, y sucede lo
mismo.
Apuesto
inicialmente 12 euros, y me “invitan” a apostar más.
Apuesto
otros 108 euros, y me “invitan” a apostar más.
Apuesto
otros 24 euros, y me “invitan” a apostar más.
Ya no
seguí apostando, porque ya era suficiente para demostrar mi teoría: pretendo arriesgar 12 euros, y acabo
arriesgando 144 (12 veces 12), y me invitan a seguir.
Por
cierto, al margen de esto, aprovecho para comentar otro detalle de mal gusto de esta casa. Resulta que para atraer a los clientes a su web, Luckia también recurre a emails engañosos.
Al ir a tu bandeja de entrada te puedes encontrar con un email cuyo título es “Alberto,
tienes una apuesta ganadora en Luckia”,
pero al leerlo verás que dice que has ganado 0 euros, lo que no es cierto,
porque has perdido la apuesta. Ni siquiera es una apuesta devuelta, como sugiere lo de ganar 0 euros (lo que sería "Void" ), si no que se trata de una apuesta perdedora. Aunque así llaman tu atención, que es lo que quieren.
Hasta
aquí las acciones de Luckia, que nos pueden gustar más o menos. Hablemos ahora
de nuestro Regulador, y su postura (teórica) al respecto.
En
primer lugar hemos de aclarar que la Dirección
General de Ordenación del Juego nos cuesta, a todos los españoles, casi 6,5
millones de euros (de ser cierta la información del siguiente cuadro).
Si a
esto añadiésemos las sanciones que se podían haber impuesto a los operadores durante
este año y medio, el coste real de este peculiar órgano administrativo sería
bastante superior a su, ya de por sí, generoso presupuesto, aunque no
llegaríamos a las escalofriantes cifras que se llegaron a barajar en el famoso
“caso Cemex” (tramitado recientemente en otro departamento del mismo Ministerio
de Hacienda).
Cualquier
malpensado diría que este ministerio parece más interesado en “sangrar” a los
ciudadanos, que no han hecho nada para merecerlo, que en sancionar a grandes
empresas, que cometen infracciones. Suerte que yo no soy un malpensado.
Ya
sabemos cuánto nos cuesta, y también conocemos lo que NO hace esta Dirección
General, pero, entonces, ¿qué hace?, ¿a qué dedica el tiempo libre? (como diría
el mismísimo Perales).
Pues
fundamentalmente a elaborar informes y estudios, carentes de interés y de
utilidad, cuya principal función, quizás (recalco lo de quizás) sea justificar
el elevado presupuesto de la DGOJ y tratar de ocultar su pasividad ante las
irregularidades de las casas de apuestas.
Después
de este breve preámbulo (para aclarar que no se trata de un par de becarios mal
pagados, sino de un Regulador con suficientes recursos), vamos a recrearnos en
diversos puntos del documento “
Estrategia
de Juego Responsable en España”, publicado por la
DGOJ en su página web (pinchar
aquí) .
El
informe es “infumable”, carece de información relevante y parece escrito por un
niño de 14 años de secundaria (además de tener una orientación que no comparto
en absoluto, y de la que podríamos hablar largo y tendido, si este artículo no
fuese ya demasiado extenso).
Como
curiosidad os sugiero una reflexión sobre el críptico título, destacado en
negrita, del punto número 5,2, “Públicos objetivo”:
-
¿se refiere a que los objetivos (en plural) de la DGOJ son públicos y no
ocultan nada? (acaso hay algún blogger
por ahí insinuando lo contrario),
- ¿se
refiere al público (en singular) al que va destinada esta estrategia?,
- ¿o,
simplemente, ya llevaban 9 folios y querían terminar pronto, puesto que ya
consideraban que habían justificado su sueldo del mes?,...
Pero
analicemos lo realmente importante,
y el objeto de este artículo. En este informe se puede leer, literalmente, lo
siguiente:
“El factor más
importante de riesgo asociado al juego es que se dedique a él
más tiempo de lo que es razonable (la persona está excesivamente centrada en
esta actividad), suponga un gasto superior al que la persona se puede permitir o se había planteado inicialmente,
y genere unos niveles de excitación o activación significativa mientras está
jugando”.
“La
aprobación de la Ley 13/2011 supone un hito en cuanto al tratamiento del juego
responsable en un enfoque global y comprensivo del fenómeno. La Ley se refiere
en su artículo 8 a la protección de los consumidores y políticas de juego
responsable, estableciendo:
[…]Los operadores de juego deberán elaborar un
plan de medidas en relación con la mitigación de los posibles efectos
perjudiciales que pueda producir el juego sobre las personas e incorporarán las
reglas básicas de política del juego responsable. Por lo que se refiere a la
protección de los consumidores:
b) Proporcionar al
público la información necesaria para que pueda hacer una selección consciente
de sus actividades de juego, promocionando actitudes
de juego moderado, no compulsivo y responsable.”
“Una política de juego responsable es el
conjunto de políticas, programas y/o prácticas que
reducen al máximo la posibilidad de que la gente se perjudique a sí mismos
o a otros, pasando demasiado tiempo o gastando demasiado dinero en el juego” (No voy
a decir nada de la deficiente redacción de este párrafo, para que no me llaméis
quisquilloso, aunque lo de gente/mismos es una agresión a la
retina en toda regla).
¿Luckia lleva a cabo prácticas que reducen
al máximo la posibilidad de que la gente gaste demasiado en el juego? ¿Promocionan
así el juego no compulsivo y responsable?
Creo que acabo
de demostrar que no es así, pero esto no preocupa en absoluto a Carlitos.
El ya ha cumplido elaborando el “maravilloso” informe, y ahora a dejar que las
casas de apuestas hagan lo que les dé la gana, como siempre. Y dentro de uno o dos meses a publicar otro absurdo informe.
Hasta aquí este ejemplo de la "utilidad" de uno de los numerosos documentos e informes que la DGOJ
elabora (tal vez) para justificar el elevado coste que supone para las arcas públicas (de casi 6,5 millones de euros anuales más sanciones no impuestas), y para distraer la atención
de la indolencia e inacción mostrada ante los continuos abusos cometidos por
las casas de apuestas.
Todos
estos documentos además de evidenciar una calidad de redacción manifiestamente
mejorable (no es que espere que los individuos de la DGOJ rivalicen con Cervantes, pero por los más de 6
millones que nos cuestan ya podrían esforzarse un poco), son, en no pocas
ocasiones, rebatidos por la tozuda realidad.
Si
en unos casos hacen predicciones totalmente desacertadas o no reflejan la realidad del sector, en otros (como el aquí descrito) carecen de toda utilidad práctica, ya que los implicados los incumplen
abiertamente sin el más mínimo pudor.