Esta
semana, por fin, se he desvelado el secreto del dinero “aparecido” en mi cuenta
de William Hill (del que hablo aquí).
Como
era de suponer, no se trata de un regalo, sino que se corresponde con las ganancias
de una
apuesta en el Gran Premio de Italia de Fórmula 1, celebrado hace unas semanas, y
que William Hill no me había pagado en su momento.
Parece (de
momento, solo parece) que William Hill, quizás la casa menos dispuesta a
aceptar reclamaciones, va entrando en razón y ve las ventajas de llegar a
acuerdos previos a una resolución.
Como hay,
al menos, otros dos afectados por el impago de esta misma apuesta, y (creo que)
han presentado la correspondiente reclamación, he decidido publicar este breve
artículo para informarles de la buena nueva, y para sugerirles que estén
atentos a sus cuentas (y además aprovecharé para hablar un poco de la DGOJ).
Si no
reciben el dinero, no tengo inconveniente en facilitarles el número de expediente,
para que adjunten a su reclamación una referencia al mismo, de modo que la Dirección
General de Ordenación del Juego pueda tener en cuenta dicho precedente, y el
agravio que supondría el pagar solo a un cliente.
Aunque
sinceramente espero que no sea necesario, ya que sería incongruente por parte de
William Hill no aceptar otras reclamaciones por los mismos hechos.
Solo la
rapidez con la que se ha resuelto todo, salva tanto a William Hill (que aún
tiene que responder por otros muchos pecados) como al Regulador, de una dura
crítica, pero, al menos merecen un “reprimand”, si se me permite la expresión bien
conocida por los aficionados a la Fórmula 1 (y si no se me permite, una
reprimenda).
A día de
hoy William Hill no me ha comunicado nada en absoluto al respecto, lo cual no
dice mucho de su educación, consideración y respeto hacia los apostantes.
Pero si el
comportamiento de William Hill es manifiestamente mejorable, lo que más me llama
la atención es la actuación de la DGOJ. Comentemos, amistosamente, esta
notificación.
En primer
lugar, cierra el expediente sin haber
confirmado (preguntando al afectado) que
dicho pago se había producido. Según se puede leer en la notificación
William Hill les informa de que ya han pagado, pero no indica que hayan
aportado prueba alguna al respecto.
Ya hace
unos meses protagonizaron un bochornoso incidente al comunicar a un apostante
que ya le había pagado Lbapuestas cuando no era cierto, y aún así no aprenden,
y sienten esa apremiante (e inquietante) necesidad de archivar expedientes.
¿Y si
ahora me da por decir que no he recibido notificación alguna de William Hill y
que la cantidad que ha aparecido en mi cuenta (sin referencia a apuesta alguna)
no se corresponde exactamente con la que reclamo, y que también podría
corresponderse con la suma de otras cantidades reclamadas (ya que he presentado
más de 10 reclamaciones/denuncias contra este operador)? No lo voy a hacer porque soy una persona
honrada, pero ¿tanto les habría costado hacer su trabajo y preguntarme si había
recibido el dinero? Lo bien hecho, bien parece.
En segundo lugar, el relevo en la
Subdirección General no ha puesto fin a los defectos de forma de las notificaciones,
que siguen careciendo de los requisitos exigidos en el artículo 58.2 de la Ley 30/1992, de 26
de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común.
Si hasta para un contrato temporal de administrativo en cualquier ayuntamiento te obligan a conocer esta ley, ¿cómo es posible que dos subdirectores generales la ignoren o muestren tan poco interés en cumplirla?
En tercer lugar, se ve que ha sido redactada con desgana (con preposiciones desaparecidas, ¿dónde está el “de” que falta?), y es que cualquier día escriben la resolución en una servilleta de papel y me la envían así mismo. Esto es anecdótico, pero sumado a lo anterior…
Si hasta para un contrato temporal de administrativo en cualquier ayuntamiento te obligan a conocer esta ley, ¿cómo es posible que dos subdirectores generales la ignoren o muestren tan poco interés en cumplirla?
En tercer lugar, se ve que ha sido redactada con desgana (con preposiciones desaparecidas, ¿dónde está el “de” que falta?), y es que cualquier día escriben la resolución en una servilleta de papel y me la envían así mismo. Esto es anecdótico, pero sumado a lo anterior…
No
se dan cuenta de que son funcionarios públicos y de que han de proceder con más
diligencia a la hora de desempeñar su labor. El funcionario, como la mujer
del César, además de ser honrado ha de parecerlo.
Y lo
siento por Carlitos, si se enfurruña que se enfurruñe, pero lo de esta Dirección
General está llegando a unos niveles preocupantes, y alguien tiene que contarlo.
Pero de eso, y de la decepcionante aplicación de la Ley del Juego, ya hablaremos en su momento.
En
fin, se ha saldado esta deuda y voy a dar por finalizado este caso, pero aún
les queda mucho por mejorar a todos los implicados en este suceso.
Apuesten
con precaución.
no estas contento ni cuando ganas xD
ResponderEliminarClaro que estoy contento, pero cobrar MI dinero no puede suponer una venda que me impida ver la realidad ni una mordaza que me impida contarla.
ResponderEliminar¿Han pagado rápido? Sí, y así lo cuento.
¿Han actuado correctamente los implicados? No, y así lo cuento.
Estoy contigo, Rosberg. No son formas ni maneras de proceder, sino propias de una república bananera como desgraciadamente se ha convertido esta España nuestra. Penoso.
EliminarEs lo que sucede cuando el Regulador no regula, que cada operador hace lo que le da la gana.
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