Aquí os dejo una muestra
más del entorno de Juego Seguro del que, supuestamente, íbamos a disfrutar en España tras la entrada en vigor de la Ley del Juego.
Los días 4 y 5 de
septiembre de 2013 realicé varias apuestas en William Hill a que, en el Gran Premio de Italia
de Fórmula 1, Ferrari conseguiría menos de 42,5 puntos, a una cuota de 1’85. Aquí os dejo una captura:
Las apuestas se
completaron e inscribieron en mi historial satisfactoriamente, y permanecieron
así durante varios días sin sufrir modificación alguna.
Dicho Gran Premio ya ha
finalizado, con Ferrari consiguiendo 30 puntos, resultando las apuestas
ganadoras.
Durante casi toda la
carrera los dos coches del equipo Ferrari se mantuvieron siempre entre los 4
primeros, y durante algunos momentos llegaron a ir 1º y 2º (circunstancia en
que las apuestas resultarían perdedoras, puesto que Ferrari habría sumado 43
puntos), acabando finalmente la carrera 2º y 4º.
La carrera se celebraba
en Monza, la casa de la Scuderia Ferrari, cuyo coche es pilotado por el vigente
subcampeón del mundo 2012, que en este año 2013 también ocupa la 2ª posición en
la clasificación y ya ha conseguido 2 victorias (por lo que no se está
hablando, con todos los respetos, de Marussia o Caterham).
El domingo 8 de
septiembre, mucho después de haber finalizado la carrera, William Hill ingresa en mi cuenta, en
concepto de ganancias, una cantidad ridícula puesto que de forma unilateral
había reducido la cuota a 1,01, sin
tan siquiera molestarme en comunicármelo.
William Hill ha esperado
a que finalizase la carrera para, una vez comprobado que el resultado me
favorecía, efectuar la vergonzosa reducción de la cuota, lo que demuestra la MALA FE característica con la
que siempre actúa este operador; si la apuesta hubiese resultado perdedora,
habría perdido el 100% de lo apostado, pero como ha resultado ganadora, solo
recibo el 1% de las ganancias que me corresponden.
De esta forma, arriesgué,
engañado por William Hill, una gran
cantidad de dinero sin saber que la cuota real de la apuesta que pretendía
pagar el operador era un paupérrimo 1,01; jamás habría apostado si antes de
realizar la apuesta hubiese conocido está información, puesto que apostar a
cuotas tan bajas nunca es rentable.
Esto supone que, además, William Hill incumple la obligación de
“proporcionar información completa y
actualizada a los participantes […]
sobre el coeficiente vigente en cada momento para todas las apuestas que se
pueden realizar”.
Hay que destacar la absoluta inutilidad del Servicio de Atención al Cliente
de William Hill, ya que cuando se reclama ante éste, siempre responden sin leer
la reclamación, con un simple “copia y pega”, sin relación con los hechos y que
contiene información deliberadamente FALSA, evidenciando su incompetencia y
mala fe. Por ejemplo:
- Hablan de que “durante varios minutos los clientes podrían apostar a una cuota superior a
la correcta dado el resultado y la información disponible para el transcurso del evento en el momento dado”, algo FALSO ya que el evento aún no había empezado
(faltaban 4 días) y, por tanto, no se puede hablar de transcurso del evento,
como en el caso de las apuestas en vivo.
- Además no han sido solo
varios minutos, ya que entre mi primera y última apuesta, transcurren casi 19 horas (y me consta que aún
estuvo más tiempo a disposición de los apostantes), por lo que también MIENTEN
en este punto.
- Hablan de que “para subsanar el problema vamos a cerrar
su apuesta con la mejor cuota disponible
en el momento en el que realizó su apuesta”, aunque, por supuesto, sin
explicar en qué se basan para decir que esa es la mejor cuota disponible;
curiosamente la cuota es 1’01, cifra que, junto a 1’001, es siempre “la mejor
cuota disponible en el momento” como se puede comprobar otros casos publicados (nunca es 1’03, 1’007, 1’02,…); también resulta llamativo que se
refieran a un período de casi 19 horas como momento.
- Cuando se les
envía otro email indicándoles que han sido 19 horas, se limitan a reenviar su
ilógica primera respuesta, insistiendo en que fueron varios minutos en una
apuesta en vivo. Simplemente surrealista.
- Hay que
aclarar que jamás me han pagado la mejor cuota disponible, cuando William Hill
ha ofrecido cuotas inferiores a otras casas, y solo aplican esta teoría de “la
mejor cuota disponible” cuando es para causar un perjuicio al cliente.
En cualquier caso, todo eso es
irrelevante, Yo apuesto a
una cuota concreta, ofrecida libremente por el operador, que ha
de ser cierta en virtud del artículo 8. e) del Anexo I de la Orden
EHA/3080/2011, de 8 de noviembre, por la que se aprueba la reglamentación
básica de las apuestas deportivas de contrapartida (*), y que ha de
ser respetada en cumplimiento del artículo 13 de la misma Orden Ministerial
(**), por lo que, en un sector regulado como el del juego, no deberían
tener cabida las abusivas cláusulas esgrimen las casas de apuestas,
(*) Este artículo impone a los aperadores la OBLIGACIÓN
de “proporcionar información completa y actualizada a los participantes,
al menos, en relación con los siguientes extremos:” […] ”Información sobre
los eventos deportivos o sobre todos aquellos aspectos o hechos de los mismos
sobre los que podrán realizarse apuestas, las distintas clases de apuestas
ofrecidas, así como sobre el coeficiente vigente en cada momento para
todas las apuestas que se pueden realizar”
(**) Este artículo impone que “cada apuesta
deportiva de contrapartida que se realice quedará vinculada al coeficiente vigente
para esa apuesta en el momento de su realización y no se verá afectada por los
cambios posteriores que pueda sufrir el coeficiente”, permitiéndose
únicamente a los operadores establecer en sus reglas particulares “una
previsión para los supuestos de suspensión, anulación o aplazamiento de los
eventos establecidos en el programa de apuestas”, pero en ningún caso se les
faculta para efectuar modificación o anulación alguna si el evento objeto de la
apuesta se celebra con normalidad.
Así que, en la práctica, el
participante apuesta a ciegas, pero con el agravante de que es engañado
por William Hill, que publica una cuota
que no tiene intención de pagar (incitando a apostar a jugadores que no lo
harían de conocer la cuota que el operador piensa pagar realmente), por lo que
sería más honrado por parte de William Hill, no poner cuota alguna, e indicar
claramente que una vez finalizado el partido ya pagará la (irrisoria) cantidad
que considere oportuno.
Veamos que piensa hacer la Direccion General de Ordenacion del Juego al respecto.
Veamos que piensa hacer la Direccion General de Ordenacion del Juego al respecto.
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